Durante la tercera década del siglo XX, se dan eventos trascendentes para el desarrollo de la pediatría mexicana. La creación de la Sociedad Mexicana de Pediatría A.C. es uno de esos hechos relevantes.
Por unos pocos años cambia su nombre a Sociedad Mexicana de Puericultura, para posteriormente retomar el nombre que hasta hoy, le da nombre, imagen, representación y brillo a la pediatría mexicana.
En 1930, un 18 de enero, se da lugar a la primera reunión de la sociedad, integrada por médicos de talla especial (mística y profunda devoción) que laboraban en La Casa Cuna, La Maternidad de las Lomas y los hogares infantiles establecidos por la Asociación Nacional de Protección a la Infancia, así como el Servicio de Higiene Infantil del Departamento de Salubridad Pública y el Servicio de Higiene Escolar de la Secretaría de Educación Pública.
Si a alguien hay que darle créditos extensos para la fundación de esta sociedad, el responsable es el Maestro Isidro Espinosa de los Reyes, en ese entonces Jefe del Servicio de Higiene Infantil del Departamento de Salubridad Pública.
Se desempeñó con dedicación y fervor para que el personal técnico y profesional de todas las instituciones y establecimientos citados se reunieron periódicamente para estudiar, analizar y resolver los numerosos problemas médicos, dietéticos, administrativos y sociales relacionados con la salud y el bienestar de las madres y los niños.
También en 1930 la Sociedad Mexicana de Puericultura constituye su primera mesa directiva conformada por los médicos Isidro Espinosa y de los Reyes, Presidente Honorario, Mario A Torroella, Presidente Anual, Rafael Carrillo, Vicepresidente, Anastasia Vergara, Secretaria Perpetua y Antonio Sordo Noriega, Secretario Bianual, asignándose también miembros honorarios a distinguidos profesores mexicanos y extranjeros.
A lo largo de su existencia, lo que es hoy en día la primera sociedad científica de especialidad médica en el país y ciertamente una de las primeras en Iberoamérica, ha experimentado, como todo ente viviente, cambios y transformaciones de diversa índole que han sido la razón fundamental de su supervivencia.
Esta agrupación, constituye así el núcleo original organizado del que habría de surgir el impetuoso movimiento pediátrico mexicano y desde donde partieron los esfuerzos tendientes a lograr la creación del hospital Infantil de México y de muchos otros centros pediátricos, de las sociedades pediátricas de los estados y el desarrollo de otras múltiples acciones y esfuerzos a favor de la salud y el bienestar de los niños de México.
Fue tan vigoroso el ascenso pediátrico en México que nadie puede dudar que la fundación de la Sociedad Mexicana de Pediatría constituye la implantación de raíces y las bases de lo que actualmente contemplamos azorados en ese campo y de lo que optimistamente vislumbramos en el futuro.
El Dr. Agustín Navarro Hidalgo presidente de la sociedad en 1945-1946 y quien en nostálgicas remembranzas nos describe algunos pasajes de los años iniciales de ésta:
El 18 de enero de 1930, se firma el acta constitutiva de la sociedad Mexicana de Puericultura, más tarde Sociedad Mexicana de Pediatría. El número 1, tomo 1 de la Revista Mexicana de Puericultura, órgano de la sociedad, aparece en noviembre de 1930 siendo el Director Fundador, el Dr. Anastasio Vergara e inicia su primera editorial diciendo:
“Sube el ancla y a navegar… hacia incógnitas latitudes, no importa la opalina niebla, si la niebla tiene una huella de luz y la nave en su mástil, el soberbio azul de la montaña”. Este romanticismo expresa sin duda el verdadero espíritu de la primera generación pediátrica y a la que ahora debemos reconocer su gran valor histórico.
Las primeras Jornadas de Pediatría en Provincia de la Sociedad Mexicana de Pediatría A.C., se desarrollan en Mérida, Yucatán del 23 al 25 de enero de 1945, coordinadas por el Dr. Agustín Navarro Hidalgo, sientan un precedente de acercamiento, disposición y cooperación entre los pediatras de la República Mexicana para tratar los problemas de salud pública de la época.
Las segundas jornadas realizadas en Oaxaca, coordinadas por Federico Gómez, las terceras en San Luis Potosí, conducidas por Francisco Padrón y las de Culiacán, encabezadas por Rigoberto Aguilar Pico. Fue así como la sociedad logra en este bienio proyectar, difundir y enlazar intereses pediátricos genuinos y legítimos.
Entonces, la sociedad ya de carácter nacional que agrupa a pediatras de muchos lugares de la República, organiza los 4 primeros congresos nacionales de la especialidad y estimula de inmediato la formación en la ciudad de México de las sociedades de Eugenesia y de Ginecología y Obstetricia y de las primeras sociedades pediátricas locales en los estados: Jalisco en 1937, Yucatán en 1942, Ciudad Juárez en 1947, Nuevo León en 1948, San Luis Potosí en 1950 y otras posteriormente, como Veracruz, La Laguna, Pediátrica del Centro, Seguro Social y otras.
En 1951 en un gesto de generoso altruismo, declina la representación nacional que poseía, a favor de la Asociación Nacional de Pediatría de México, que las aglutina a todas afiliándose a la Asociación Internacional de Pediatría.
Por la misma época, contribuye con un nutrido contingente a la formación de la Academia Mexicana de Pediatría, constituida entonces por expresidentes de la Sociedad Mexicana de Pediatría A.C. y presidentes de las demás organizaciones del país.
Rescatemos también el Congreso Internacional de Pediatría celebrado en México en la década de los sesentas, traído y coordinado por un pediatra expresidente de la Sociedad y del que hoy muchos de nosotros nos sentimos orgullosos de conocerlo y de poder disfrutar momentos de charla amena, el Dr. Lázaro Benavides Vázquez.
Como refiere el Dr. Ramos Galván: “los hechos se van dando con una concatenación de los esfuerzos de médicos responsables amantes de su profesión en diversas generaciones…” Así a 13 años de su creación, nace el hospital Infantil de México y así se inicia la modulación de la pediatría mexicana como quehacer médico y humano bien diferenciado.
30 años después de surgir la Sociedad, se inaugura el Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional del IMSS y años más tarde en 1970 el Hospital Infantil de la Institución Mexicana para Asistencia a la Niñez (IMAN), después Hospital del Niño del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) y hoy Instituto Nacional de Pediatría.
Posteriormente en este ciclo permanente, surgen organizaciones formales en Chihuahua, Ciudad Juárez, Saltillo, Torreón, Culiacán, Hermosillo, León, Villahermosa, Ciudad victoria, Querétaro y se multiplican los centros dependientes del DIF, ISSSTE y otros.
En 1981, Silvestre Frenk al concluir su ejercicio como presidente de la Sociedad Mexicana de Pediatría A.C. dice: “Cada tiempo tiene su son, pero no dejan de ser gratos al oído los tonos de ayer. La sociedad seguirá su marcha, pero su glorioso pasado, remoto o reciente, quedará como impronta que habrá de modular y modelar su fisonomía en días futuros” y hoy así sigue siendo.
Extracto tomado de: Avila-Cisneros I, Padrón-Puyou F, Frenk S, Rodríguez-Pinto M, “HISTORIA DE LA PEDIATRÍA EN MÉXICO” México. Fondo de Cultura Económica 1997.
Ni duda cabe que los personajes que tuvieron el atino de fundar a nuestra Sociedad Mexicana de Pediatría, han sido baluartes y pilares de la pediatría asistencial y organizada de México. A través del tiempo, su ejemplo y dedicación ha sido el motor de nuevas generaciones de pediatras promotores a su vez, de actividades cada vez más trascendentales en beneficio de la niñez mexicana.
Hoy, la Sociedad Mexicana de Pediatría es un ejemplo de organización en la que todos sus miembros promueven la interacción entre los pediatras del país. “Amor y ciencia al servicio de la niñez” es el lema que respalda y proyecta cada actividad de las diferentes mesas directivas a través del tiempo.
Hoy, con el esfuerzo de sus agremiados, nuestra sociedad moldea con todo esfuerzo y dedicación, al pediatra capacitado que se requiere en nuestros tiempos, por esa niñez ávida de un trato humano, digno, oportuno y capaz de preservar la salud y de diagnosticar y tratar las enfermedades con prontitud y eficacia.
Así, con dedicación y esfuerzo, se ha mantenido año con año desde su creación, la circulación de la Revista Mexicana de Pediatría que en la actualidad, representa al más importante órgano de difusión del conocimiento generado por los investigadores mexicanos, que es por otro lado uno de los más leídos y buscados incluso en Internet. Vale reconocer el trabajo, esfuerzo y dedicación a través de 14 años, del Dr. Leopoldo Vega Franco para preservar e incrementar la calidad científica de sus publicaciones.